Decidí cambiar la foto de mi perfil. Si la ven con detalle ahora hay cicatrices, poco cabello pero la sonrisa es la misma. Hace algunos meses pasé por el diagnostico de cáncer en carne propia. Eso me dio aún más empatía y una compresión que no todos tienen. Ahora no solo entiendo la técnica quirúrgica, entiendo el miedo, la esperanza de un resultado, la fragilidad del cuerpo y la importancia del acompañamiento humano.

Es mi vivencia auténtica, en la que un paciente no es un tumor que hay que operar, es un ser humano que necesita un abordaje integral, medicina, nutrición, apoyo emocional y espiritual. Esa mirada integral marca una diferencia fuerte.

Mi sencillez al hablar, al explicar hace que las personas entiendan mejor sus enfermedades, y eso les hace confiar en mi, en mi profesionalismo y en mi amor por lo que hago: operar!

Puedo garantizar que si van a mi consulta nunca serán un caso más, todo lo contrario: hay escucha, cercanía, claridad y sobretodo ética médica y acompañamiento.

Sigo creciendo como ser humano, a veces con miedo, a veces con amor pero siempre con mucha residencia y oración para poder seguir adelante con mis proyectos, con lo que amo hacer y seguir acompañada de mi familia.

Estoy para acompañarlos en sus procesos!